ÁMBAR Y LARIMAR EN PLATA.
Santo Domingo.La
extracción primitiva y rudimentaria de ambas piedras semipreciosas no les resta
belleza a los múltiples accesorios que de estas se originan, pero sí impide el
desarrollo pleno de quienes con tesón se dedican a darles valor a las mismas.
Se trata de la recolección de ámbar y la rimar en el país, actividad
que pertenece a la pequeña minería sostenible, hoy fuente de empleos para unas
cinco mil personas, sin la tecnología necesaria ni soporte económico para
garantizar un mayor provecho de dicha dinámica.
Tanto la extracción de larimar, variedad de roca pectolita,
única de República Dominicana y el mundo, así como el ámbar, originaria de una
resina extinta del árbol Hymenaea que se toma millones de años en formarse, se
procesan de forma irregular y generando daños al medio ambiente.
El proyecto
De ahí que el Ministerio de Energía y Minas de República
Dominicana impulse planes con miras a garantizar la sostenibilidad de esta
labor y mejorar las condiciones de quienes a través de cooperativas se han
dedicado por años a sacar de las entrañas de la tierra criolla estas piedras
que luego se convierten en collares, brazaletes, anillos y otros llamativos
accesorios.
Actualmente la extracción de larimar y ámbar la realizan
artesanos que, de forma rudimentaria, sin procesar, venden las piedras a
intermediarios que la llevan a otros países y luego las traen convertidas en
prendas para revenderlas aquí”, comentó José Peralta Villar, director de
gestión técnica del Ministerio de Energía y Minas de República Dominicana.
Como parte de los efectos negativos que buscan contrarrestar,
hay que ofrecer más seguridad a través de tecnología a los artesanos y evitar
que queden atrapados en los túneles que construyen en busca de dichos
minerales.
También, evitar que los sedimentos que arrojan por las laderas
vayan a parar a cañadas y ríos que luego contaminan el agua.
Peralta adelantó que vía acuerdos con Perú, Ecuador y Chile
expertos entrenan a personal criollo en el área.
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