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Mostrando entradas de marzo 8, 2016

EL ÁMBAR VESTIGIO GEOLÓGICO

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El ámbar es una resina vegetal fosilizada, producto residual de algunos árboles rehistóricos. Aquella resina era un fluido pegajoso que en contacto con el aire se endureció y que el tiempo transformó en ámbar. Al brotar la resina del tronco del árbol, hace muchos millones de años, a menudo atrapó en su camino pedacitos de origen vegetal y pequeños animales que han quedado bien preservados hasta hoy. En Europa, el ámbar se forma a partir de la resina del Pinus succinifera, en tanto que en Chiapas (México), Nicaragua y República Dominicana proviene de una leguminosa, el algarrobo (Hymenaea spp.) del período geológico Terciario. Las piezas naturales de ámbar tienen formas muy variadas desde irregulares hasta bien formadas como gotas, estalactitas o campaniformes, con una gravedad (o peso específico) de 1.05-1.1. El ámbar dominicano tiende a presentarse en numerosos colores, muy brillantes, con una gran variedad de tonalidades muy hermosas. Varios factores influyeron en la determin

fósil formada hace más de 23 millones de años

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Las venas de sus brazos delatan parte de su biografía. Parecen ríos caudalosos entubados, a punto de reventar. Son las venas de brazos acostumbrados a cargar, a trabajar con pico y pala, a golpear cerros hasta que se desmoronan como un mazapán. Eso hace Serafín desde hace 10 años. Como un topo, se mete en las entrañas de los cerros de Simojovel, en Chiapas; golpea su interior y los desbarata para hallar en la roca cicatrices de tonalidad café. Esas líneas son la señal de que ahí está aquello que busca: una resina fósil formada hace más de 23 millones de años. Mucho, pero mucho tiempo después de que se creara, los hombres la llamaron ámbar. Hoy esta resina fósil es la razón por la que Simojovel es conocido fuera de Chiapas. Es lo que a Serafín le permite dar de comer a sus seis hijos. Es una máquina del tiempo que entusiasma a los paleontólogos y es lo que buscan con ahínco los chinos. Aún no es el mediodía y Serafín lleva más de tres horas pegándole al cer